Restar(nos)
en determinadas condiciones
implica sumar(nos)
ahora bien
no todo resto suma
y por eso hay que estar atentas
y aprender a leer los signos
del camino.
Palmar Álvarez-Blanco
Krisis procede del verbo en griego antiguo krinein, cuyo significado apuntaba al hecho de juzgar para tomar una decisión y cuyo sustantivo krisis, significa juicio y decisión. Hay que aprender a distinguir entre las crisis que provoca el sistema, al margen de la voluntad de las personas, —recesiones, depresiones e inflaciones capitalistas—, de la crisis que provocan las personas como expresión de una colectividad que manifiesta la necesidad de vigilar a la figura soberana y que por ello ejerce presión—las huelgas generales, las protestas masivas, los boicots, etc., son su expresión más común—. (…)
Lo que ha demostrado la historia del capitalismo es que esta ideología de la búsqueda infinita de una mejora de las condiciones materiales y de posibilidad, lejos de haber favorecido al conjunto de toda la sociedad y a las condiciones de vida en el planeta, ha beneficiado solo a una minoría propietaria de los medios de producción y del poder.
El capitalismo ha subvertido la relación con los límites éticos y las limitaciones, como escribe García Calvo “el Bienestar está montado sobre otra cosa y rodeado de miserias millonarias (…) La lógica instrumental de la mejora dependiente de un mercado se torna ideología y lo contamina todo hasta el extremo de que se institucionaliza, se burocratiza, se globaliza, se vuelve sistema y estructura. En su nombre la rentabilidad, dependiente siempre del pulso del mercado, obliga a obtener el mayor beneficio posible. Cualquier área de la vida es un nicho de mercado, las relaciones sociales otro nicho más.
El modo capitalista intensifica la instrumentalización de los vínculos humanos con vistas a un posible ascenso social o como justificación de la opresión y explotación de parte de quienes detentan la propiedad sobre el medio de producción (…)
En este esquema, la presencia o ausencia de respeto a límites éticos y morales la marcan las exigencias del mercado que son quienes finalmente determinan el grado de capitalización, despersonalización y deshumanización del ecosistema de las relaciones.
De este hecho se derivan formas de relacionamiento instrumentales teñidas de interés, de necesidad de supervivencia, de temor o de la misma inseguridad que genera un sistema dependiente de un mercado. La mercantilización de las emociones con fines de lucro se explica en la creciente economía del dato demarcada por la creación de algoritmos, medidores de satisfacción y dispositivos de cálculo.
En este contexto, la volatilidad de las relaciones explica que quien hoy es “amigo” mañana puede ser mi “enemigo” y viceversa. De hecho, la política económica capitalista en su evolución encontrará en la instrumentalización de las identidades y de los afectos un arma eficaz para el control y la gestión de los asuntos públicos.
Palmar Álvarez-Blanco, Pequeño tratado de amistad. Hacia una política de respeto, Ed. La Vorágine, Santander, España, 2024.
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Palmar Álvarez-Blanco
Broom Fellow for Public Scholarship and Professor, Department of Spanish Carleton College, EEUU, autora y curadora de la Constelación de los Comunes https://constelaciondeloscomunes.org/ y fundadora de ALCES XXI www.alcesxxi.org
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